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sábado, 11 de abril de 2015

DANZA BIÓNICA - BIONIC DANCE / DANCING WITH TREES - BAILANDO CON ÁRBOLES





DANZA BIÓNICA - BIONIC DANCE

BAILANDO CON ÁRBOLES - DANCING WITH TREES

HÖNEVO





INTRODUCCIÓN


Un día, cuando regresaba a mi casa, encontré un árbol enfermo y abandonado. Un árbol de mi misma estatura, un poco más alto, de unos 1,90m apoyado al lado de un contenedor de basura, y cuyas raíces estaban envueltas sin tierra en una bolsa de plástico.

Este árbol era un Níspero Europeo, enfermo, que por razones desconocidas, su dueño/a había decidido desechar. Quizás era demasiado aparatoso para un apartamento del centro, o definitivamente su mal aspecto debido a una enfermedad no gustaba a los anteriores inquilinos con los que convivía antes de haber sido echado a la calle. 

Yo, recogí este árbol singular, este árbol adolescente y enfermo y decidí llevarlo a mi casa y situarlo en mi pequeña terraza, desinfectarlo, abonarlo y cuidarlo para que se recuperará. Al año siguiente, floreció, atrayendo a abejas para polinizarlo en el mismo centro de Madrid. Estaba tan conmovido ( sobre todo por saber que la población de abejas se enfrenta a serios problemas de supervivencia debido a la actividad humana ) que grabe unos videos de estas abejas construyendo anillos de polen en sus patas para poder transportar de vuelta la máxima cantidad de polen de este árbol que estaba renaciendo.



                                      Urban Winter 2012 Polinization, Bio Heritage, Madrid


https://www.youtube.com/watch?v=8U20dwXfUig





Al ver que el árbol había mejorado, me sentía como un hermano mayor, que había ayudado a una criatura parecida a superar el trauma de haber sido abandonado por estar enfermo. 

En Mayo de 2013, me apunte a un curso recomendado por la Sociedad de Amigos del Real Jardín Botánico, sobre plagas biológicas, para conocer más sobre los trastornos que sufre el mundo vegetal. Allí conocí a muchos de los encargados de velar de la salud de los árboles de los distintos parques y distritos de Madrid, descubriendo un número insospechado de plagas que merodean por la mayor parte de ecosistemas. Y asistiendo a la introducción de fauna auxiliar para ayudar a especies botánicas afectadas en el Real Jardín Botánico a superar enfermedades y re-equilibrar los ecosistemas que configuran, por medios biológicos sin utilizar químicos perjudiciales para el medio ambiente.

Todavía no sé, que enfermedad tiene el Níspero Europeo, pero aprender más acerca de tratamientos biológicos sobre el control de plagas, me dio una nueva sensibilidad. El árbol perdió el drenaje a una de sus ramas, y no quise amputarla por guardar cierta esperanza a su completa recuperación en un futuro. A pesar de ello, han pasado dos años y la rama no ha florecido, pero el Níspero esta en buen estado y ha vuelto a dar frutos.






NÍSPERO EUROPEO - ESTRELLA DE LA DANZA BIÓNICA

EUROPEAN MEDLAR - THE BIONIC DANCE STAR








BAILANDO CON ÁRBOLES


Existe una enorme poesía en las coreografías que el viento y las ramas de los árboles de los bosques o parques a veces generan, así como en las formas de troncos y ramas que muchos árboles tienen, debido a su adaptación a los ecosistemas donde existen. El mundo vegetal es enormemente flexible y su movimiento aunque mucho más lento que el de los animales esta constantemente produciendo vibraciones. El movimiento es una cualidad de los seres vivos, crecer o vivir implica estar animado, y por tanto, ser participe del desarrollo de movimientos.

Las plantas crecen, se estiran y modifican la orientación de sus hojas, flores y raíces, se mueven todo el tiempo, tanto en la superficie, como bajo tierra. Que sus movimientos sean lentos para la percepción dinámica del hombre, no significa que no interactuen con su entorno por medio de movimientos, en mayor o menor medida similares al de los animales. En la actualidad, gran número de científicos han probado la capacidad innata de las plantas de acumular información ambiental sensible, y actuar consecuentemente para adaptarse y sobrevivir.

Esta sensibilidad del mundo vegetal, esta investigándose a través de la neurobiología, y genera múltiples dudas existenciales que ponen en contra el mismo ordenamiento científico, cultural y estructura económico y social icono-antropocéntrica del hombre. Si las plantas son capaces de leer y analizar su entorno y actuar en consecuencia, aunque no tengan un cerebro descubierto, no se puede negar que piensan, y en muchos casos de forma tan o más sofisticada que los animales. Si las plantas se comunican por medio de un lenguaje químico, por medio de olores y/o vibraciones eléctricas,  ¿Cómo se gestiona esa comunicación?

A penas podemos entender la complejidad sensorial del mundo vegetal, porque apenas se han investigado sus frecuencias, y difícilmente se puedan descifrar las decisiones en la transferencias de nutrientes y conocimiento a sus familiares y a plantas cercanas. Las conductas sociales que desarrollan muchas especies de plantas se pueden justificar como fórmulas para sobrevivir, pero no  por ser conductas biológicas inaccesibles de descodificar, se pueden tachar de primitivas.

Que algunas especies botánicas duerman y que el Reino Vegetal sea el mejor reloj biológico de las estaciones que atraviesa nuestro planeta en su trayectoria elíptica anual al rededor del Sol, son prueba que ningún otro ser vivo entiende y vive de forma tan intensa el viaje cósmico de la Tierra.

Siempre he creído que precisamente por ser seres estáticos, las plantas sienten con muchísima más intensidad la velocidad de la Tierra, tanto la rotación de la Tierra sobre sí misma, como la rotación al rededor del Sol. En el ecuador, la velocidad de nuestro planeta es de unos 1600 km/h, por lo que si los árboles de las mayores junglas del mundo percibiesen ese movimiento (prácticamente imperceptible para la mayoría de animales, precisamente por poseer movimientos mucho más dinámicos, que restan sensibilidad para detectar movimientos tan sutiles), las plantas serían los seres vivos que más rápido se moverían, prácticamente a una velocidad supersónica en los países tropicales y reduciéndose la a medida que van estando más cerca de los polos.

Según esta Teoría, serían amantes de la velocidad de infarto y por eso la mayoría de especies se habría desarrollado cerca de las zonas tropicales. Es más que obvio para la Ciencia que las plantas interactúan como ninguna otra criatura al movimiento de la Tierra viajando por el Cosmos. Son seres adaptados perfectamente al ciclo solar, y por ello deben entender y procesar el ritmo del viaje de la órbita que sigue la Tierra, para sobrevivir, para saber cuando es más propicio reproducirse o hibernar.

En este sentido, las plantas desarrollan un ciclo-baile estacional, con su ballet anual que fija el invierno, primavera, verano y otoño, que sirve de aviso temporal al resto de criaturas. También  podría decirse que son bailarinas orbitales, que perciben movimientos en el cielo y bajo tierra y al mismo tiempo entienden el viaje del planeta, siendo la fuerza central del sistema solar, una de sus fuentes indispensables de nutrientes.

Las plantas son seres fascinantes, y sin embargo su conocimiento o importancia cultural apenas es representada como vanguardia por la cultura pop. Una cultura que lucha por extinguir el patrimonio biológico de la Tierra en las próximas décadas, y donde reina una iconografía que destierra al mundo vegetal de cualquier consideración.

Apenas se han estudiado las interacciones entre personas y plantas, y mucho menos danzas entre el reino vegetal y personas. No existen referentes estéticos de personas bailando con árboles móviles, y por eso esta primera aproximación a una Danza Bio-Sensible entre una persona o varias personas y un árbol es verdaderamente original.

Las plantas son seres enormemente acrobáticos, su estructura es anti-sísmica y esta preparada para resistir a vibraciones fuertes, por ello, y por su flexibilidad y estabilidad al mismo tiempo, es por lo que resultan en perfectas compañeras de baile.

A pesar de no poder caminar ni desplazarse como los animales, su interacción con personas resulta enormemente poética y simbólica. La Danza Biónica o Bionic Dance es una oda al amor a la Naturaleza, y muy en especial al mundo vegetal, a los árboles. El árbol como guardián, como guía y refugio de un mundo envenenado por la contaminación.

Un nuevo lenguaje artístico-empático, donde el bailarín o bailarina reflexiona sobre la situación ambiental y alienta una interacción dinámica, épica y al mismo tiempo refrescante. La Danza Biónica se convierte así en una especie de Ritual Sanador, donde los compañeros de baile del árbol, respiran un aire más limpio y comparten el protagonismo de la coreografía, siendo una investigación expresiva, experimento científico y construcción iconográfica y escenográfica bio-estéticas.

La Danza Biónica se constituye así como un ejercicio hedonista, que expresa la relación del hombre con su entorno y pone de manifiesto un espíritu salvaje, infantil, creativo y lúdico por establecer  un diálogo intelectual y físico con el árbol.

En la primera aproximación a la Danza Biónica, han participado bailarines profesionales de Break Dance, Ballet, Danza Contemporánea, Flamenco, Salsa y bailarines amateurs. Y quizás una de las más llamativas conclusiones, sea que la mayoría de los participantes en el experimento han expresado su satisfacción y alegría por haber podido bailar con el árbol, algunos han mantenido diálogos visuales y emocionales profundos, y otros han interaccionado de forma más tímida o desenfadada, pero el resultado ha sido una sonrisa y una relajación y sentimiento eufórico o sensación de ilusión por haber bailado con un árbol. No se ha hecho ninguna prueba científica a los bailarines, ni de sangre ni cerebral, antes y después del baile, pero es probable que corroborase una mejoría, activación de defensas o sensación de bienestar incrementada tras la danza. Es muy probable que bailar con árboles pueda ayudar a personas con depresión, autistas o lesiones cerebrales a mejorar su interacción con el entorno y con personas.

Los efectos en las plantas son todavía más inconclusos, pero es probable que ciertos movimientos o bailes puedan estimular el crecimiento de algunas especies botánicas. Sería muy interesante poder recopilar la información química que el árbol lanza al entorno tras un ejercicio de Danza Biónica. Así como estudiar el movimiento en las raíces antes y después del Baile.




BIONIC DANCE / DANZA BIÓNICA

























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